La ciudadanía italiana se transmite de generación en generación («Iure sanguinis») sin límites de descendencia, sin saltos entre generaciones.
Para adquirir la ciudadanía italiana, es necesario ser descendiente directo de un familiar que sea ciudadano italiano (por ejemplo: tatarabuelo, bisabuelo, abuelo, padre).
La ciudadanía puede ser reconocida únicamente a aquellos que la soliciten personalmente. Este reconocimiento está sujeto a la demostración, por parte del interesado, de un vínculo sanguíneo directo con un ancestro italiano (abuelo), y que sus descendientes en línea recta hasta el solicitante hayan mantenido el derecho a la ciudadanía italiana de forma continua, sin interrupciones.
Son ciudadanos italianos nativos (por nacimiento o «Iure sanguinis») son los siguientes
Para comenzar con este proceso será necesario:
REQUISITOS
La ciudadanía italiana por matrimonio o Iure Matrimonii la puede obtener quien se haya casado con un ciudadano italiano y dependiendo de la fecha en que se haya realizado el casamiento la ciudadanía podrá ser automática.
La ciudadanía Italiana por matrimonio, puede ser aplicable a dos grandes grupos de personas:
2) Mujeres extranjeras casadas a partir del 27 de abril de 1983 con un ciudadano italiano
(nacido en Italia o en el extranjero) y varones casados en cualquier fecha con una ciudadana italiana (nacida en Italia o en el extranjero).
El cónyuge del ciudadano italiano puede obtener la Ciudadanía por matrimonio (naturalización) mediante un decreto del Ministro del Interior, después de tres años de matrimonio, siempre que no haya habido disolución del vínculo conyugal, anulación o divorcio y que los cónyuges no estén separados legalmente.
El plazo de tres años se reduce a dos años si se reside legalmente en Italia. Además, estos plazos se reducen a la mitad en presencia de hijos nacidos o adoptados por los cónyuges.
NOTA: Desde el 27 de abril de 1983, la disolución del matrimonio (por divorcio o viudez) no ocasiona la pérdida de la ciudadanía adquirida por matrimonio.
Si la disolución del vínculo conyugal tuvo lugar antes del 27 de abril de 1983, la mujer perdía la ciudadanía italiana adquirida por matrimonio si residía en el exterior y readquiría o mantenía su ciudadanía extranjera de origen.
REQUISITOS
EXAMEN DE ITALIANO NIVEL B1 o en su defecto un título emitido por una institución educativa pública o privada reconocida por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MAECI) o por el Ministerio de Educación (MIUR), como por ejemplo, el Instituto de Cultura Italiano y el Instituto Dante Alighieri
La naturalización es el proceso por el cual un ciudadano de un Estado adquiere la nacionalidad de un segundo país, debido a los vínculos establecidos por su estadía legal en dicho país o por otros motivos, como el matrimonio. Al adoptar una nacionalidad por naturalización, aquellos que cumplen con los requisitos para la mayoría de edad también se convierten en ciudadanos de ese país.
El individuo extranjero y/o apátrida puede solicitar la Ciudadanía Italiana por Naturalización si se encuentra dentro de los siguientes casos:
NOTA: El ciudadano italiano que se naturalizó como ciudadano extranjero siendo menor de edad (incluso antes del 16 de agosto de 1992) nunca perdió la ciudadanía italiana, siempre y cuando su padre mantuviera la ciudadanía italiana y el interesado, al alcanzar la mayoría de edad, no renunciara expresamente a la ciudadanía italiana.
Anteriormente, hasta el 9 de marzo de 1975, los ciudadanos italianos alcanzaban la mayoría de edad al cumplir los 21 años; desde el 10 de marzo de 1975, la mayoría de edad se alcanza al cumplir los 18 años.
A los fines de la transmisión de la ciudadanía italiana, el lugar de nacimiento no es relevante. Según la legislación Argentina, aquel que nace en Argentina es automáticamente considerado ciudadano argentino; sin embargo, lo contrario ocurre en Italia, donde no todos los nacidos en su territorio son ciudadanos italianos. Incluso si alguien nace fuera del territorio de la República Italiana, será ciudadano italiano de origen si, al nacer, al menos uno de sus padres poseía la ciudadanía italiana.
Existen, sin embargo, excepciones a este principio.